CARTA ABIERTA AL SEÑOR PRESIDENTE DE COLOMBIA
Bogotá, D.C. marzo 20 de 2020
“EL EGOISMO EN LOS TIEMPOS DEL VIRUS, UN VIAJE SIN ESPERANZA”
Pensemos en Colombia, pensemos en lo que vendrá después del COVID-19, la ingeniería será fundamental.
Siempre soñamos con dejar a nuestros hijos un mundo mejor, pasaron los años y creo que les estamos dejando un mundo deteriorado, registramos con tristeza que han salido a relucir las más altas muestras de vanidad; la politiquería, la indolencia de los humanos, no en los países, en vías de desarrollo sino en los países del primer mundo. Cuando Italia cierra la zona lombarda, sus ciudadanos parten hacia el sur de vacaciones, la idea era aislar para controlar la pandemia, pero migraron generando aún más contaminación y llevando a ese país a ser hoy el más infectado del planeta y con más muertos por el Covid-19, tal vez los padres de quienes viajaron.
Quince días después, en Bogotá la alcaldesa declara el aislamiento total, por insensatez miles y miles de personas salen de la ciudad a sus centros vacacionales. ¿Será que la mente humana llegó a un nivel de autodestrucción?
Esta pandemia se analiza de manera diferente en Europa, en Asia, en Norteamérica y en Latinoamérica. Los europeos en general se acostumbraron históricamente a llevar a sus viejos a morir en albergues en ciudades tranquilas, reunidos en grupos de 50 a 100 ancianos, con algunas comodidades y algo de atención médica, esto facilitaba la atención y una supuesta tranquilidad familiar, algo similar sucede en Norteamérica, esta situación es la que genera tantos muertos, pues se están contaminando rápidamente dichas zonas. Los gobiernos no atacaron rápidamente los focos y la pandemia llegó precisamente a la población más vulnerable. Es una catástrofe, difícil de detener y casi imposible de controlar. A diferencia de las culturas asiáticas donde sus adultos por lo general siguen siendo el eje de las familias, hay una enorme voluntad colectiva, y a pesar de haber sido el foco del virus, China y Corea atacaron rápidamente sus problemas y hoy muestran una moderada tendencia a la estabilización. América Latina presenta condiciones más favorables, entre otras porque estábamos advertidos del virus, con climas más favorables, poblaciones más dispersas, dificultades de movilidad, y en general posibilidades de atender el problema de forma más adecuada. Sin embargo, nos encontramos con algo que juega en contra y es la falta de solidaridad, la desconfianza en el
gobierno, el desorden normativo, la incoherencia social, las vanidades políticas, la irresponsabilidad, y algo muy característico y fácil de decir, “eso no es conmigo”.
Por consiguiente, el Gobierno Nacional, no solamente debe centrarse en la pandemia, sino que además debe analizar el entorno geopolítico mundial; cada decisión de los países más poderosos del mundo nos afectará, nos hará cambiar de posiciones, nos hará dudar internamente. En mi concepto el liderazgo directo para enfrentar el Covid-19 debería estar bajo la responsabilidad del Ministro de Salud. El Presidente de la República tiene y debe ocuparse de otros temas fundamentales que garanticen la viabilidad del país; lo primero es asegurar que gobernadores y alcaldes trabajen en un propósito nacional, que la gente entienda que es una guerra contra un enemigo invisible y que es utópico porque es la primera vez que en una guerra no debemos unirnos como humanos sino aislarnos, no prima la fuerza bruta sino la inteligencia, debemos unirnos en la solidaridad, en la disciplina y en la organización, las medidas son de contención, son drásticas y masivas, pero es la única forma de que sean efectivas. La incertidumbre es el peor enemigo hoy en día, debemos mantener la confianza, pensar que esta guerra se ganará. Mientras médicos y auxiliares de la salud sigan ayudando a los enfermos, los científicos continúen luchando contra el tiempo, los demás debemos dedicarnos a la prevención y a contener la epidemia. Tomar las medidas de salubridad colectiva será fundamental.
El Señor Presidente debe adicionalmente dar las instrucciones precisas para desmentir las noticias falsas, evitar conveniencias politiqueras, contener ataques externos, evitar injerencia extranjera, analizar el entorno, y lo más importante, pensar en lo que viene para el país.
Debemos empezar desde ya a construir el plan nacional de emergencia, con medidas progresivas, medidas que mantengan la confianza a pesar de la incertidumbre, medidas que ayuden rápidamente a la población más vulnerable, en especial a las pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs), a los desempleados, a los independientes, a los informales tal vez después de la pandemia ésta población será la mayor afectada económicamente. El gobierno debe ser audaz, los grandes empresarios deben redistribuir sus utilidades, la banca multilateral ser responsable, todos debemos ayudar, pues de lo que hagamos en los siguientes seis meses después de controlado el virus, dependerá la viabilidad futura del país.
Antes de la pandemia, Colombia atravesaba una situación difícil de descontento social reflejada en múltiples protestas, este fenómeno actual de la pandemia agravará aún más la situación, es por eso por lo que es necesario que el gobierno implemente y estructure con carácter urgente medidas de “IMPACTO SOCIAL INMEDIATO”, un plan social amplio y estructurado.
Mientras la comunidad de la salud lucha contra la pandemia, los demás debemos enfocar nuestros esfuerzos en construir el plan de choque, hay que hacer recortes importantes del presupuesto nacional en muchas áreas, pero será sagrado fortalecer los recursos para la salud y la infraestructura, pensar
en defender las familias y los trabajadores, pensar en proteger a los más débiles, debemos ser solidarios para salir de la crisis.
La solidaridad empresarial será fundamental para las MiPyMEs y los independientes, eje del trabajo; también lo será para los informales y desempleados, claro está, siempre partiendo del principio que los pensionados nunca se verán afectados. El país debe hacer un gran esfuerzo, los municipios, departamentos y Gobierno Nacional deben pensar ya en moratoria de pago de servicios públicos por algunos meses, prohibir el corte de los mismos, medidas para proteger el empleo, evitar despidos masivos, medidas para garantizar un salario básico a quienes pierdan el empleo y exonerarlos del pago de la seguridad social, la falta de liquidez de las MiPyMEs debe ser compensada con créditos a mediano plazo sin intereses, ayuda para quienes pagan alquiler, suspensión de pagos de impuestos prediales, vehículos, industria y comercio, IVA, entre otros. Se debe premiar a las empresas que protejan sus trabajadores, se debe garantizar la suficiencia alimentaria, se debe evitar por todos los medios que capitales extranjeros se aprovechen de la iliquidez de nuestras empresas y las compren, estos capitales foráneos lastimarán los planes de choque. Se debe crear una plataforma para que todos los trabajadores despedidos o cancelados durante esta época, queden registrados para las ayudas, indicando cédula, nit de la empresa donde laboraban, profesión, salario y antigüedad, así el gobierno podrá analizar este impacto en detalle y tomar medidas.
Para las empresas colombianas de ingeniería, sean consultoras o constructoras, se debe diseñar un plan de beneficios tributarios, plan para incentivar el empleo, facilidades a los independientes, generar confianza, permitir que los insumos lleguen a precios razonables para minimizar el impacto de la tasa de cambio, permitir la importación expedita de repuestos sin impuestos, estabilizar el precio de los combustibles, generar más obras de infraestructura, y en eso la Sociedad Colombiana de Ingenieros jugará un papel fundamental, el asumir con precisión y ética, la solución de los conflictos que se generarán por esta situación, debemos evitar a toda costa la paralización de las obras de ingeniería, ofrecemos todo el apoyo para reiniciarlas en el menor tiempo posible actuando como garantes ante el Gobierno Nacional, en la solución de controversias.
El gobierno deberá pensar que el presupuesto nacional no se debe estructurar únicamente en impuestos, se debe basar en permitir el bienestar de los colombianos a través de una política de reconstrucción y entre más flexible y enfocada hacia la población más fácil saldremos de esta encrucijada, se basará en la unión, la solidaridad, la ética, la integridad para acabar la incertidumbre.
Como comunidad, tenemos el derecho a gozar de un medio ambiente diverso y en buenas condiciones. Por ello, demos hacer frente a los problemas que después de la pandemia se pueden desencadenar como los descensos significativos de la temperatura en Bogotá, los animales acostumbrados a que los humanos les den comida que pueden enfermar incluso morir, la aparición de otro tipo de virus e infecciones, recordemos la proliferación de ratas en Europa, menos limpieza,
problemas psicológicos de la población, ansiedad, incertidumbre y en algunos desesperanza, migrantes inmersos en un viaje sin esperanza, no quiero ser pesimista, pero es necesario hacer un llamado a la reflexión para que todos los estamentos de Gobierno, actores del sector, pensadores y científicos empiecen a trabajar para que aporten en la construcción del futuro del país.
Una vez termine la pandemia estoy seguro tendremos un país diferente, con una población pensando diferente, con un propósito de ser solidarios, entendiendo que si a todos nos va bien será mejor, dejando de lado el egoísmo y el individualismo, la lección será tal vez lo que llevábamos años esperando.
GERMÁN PARDO ALBARRACÍN
Presidente
SOCIEDAD COLOMBIANA DE INGENIEROS