Medellín concentra más de 600 casos anuales de incendios estructurales

Cada día, en algún lugar de Colombia, diez incendios estructurales alteran la vida de familias, trabajadores y comunidades enteras. Esta cifra, que parece una constante silenciosa, revela una realidad que exige atención urgente: la necesidad de estar mejor preparados para enfrentar el fuego.
En Medellín, el panorama es particularmente inquietante. Desde 2016, la ciudad ha registrado 5.777 incendios estructurales, lo que equivale a un promedio de 613 incidentes por año, 27 personas han perdido la vida y 837 han resultado lesionadas. Son historias que transforman vidas y evidencian vulnerabilidades estructurales.
Las comunas más afectadas por este tipo de emergencias son La Candelaria, Aranjuez, Belén, Laureles – Estadio y Buenos Aires. Estas zonas comparten características que explican, en parte, su exposición al riesgo: alta densidad poblacional, presencia de viviendas informales, infraestructura envejecida y dinámicas sociales complejas. En estos territorios, el fuego no solo consume estructuras, también pone en evidencia las brechas en la planificación urbana y en la aplicación de normas técnicas de seguridad.
Durante los primeros cinco meses de 2025, Medellín ha enfrentado 229 incendios estructurales, una cifra que prácticamente iguala a la registrada en el mismo periodo de 2024, cuando se reportaron 239. Si la tendencia se mantiene, la ciudad cerrará el año con más de 600 incidentes, reafirmando que el problema persiste.
“Hasta que no ocurre una catástrofe, muchos empresarios no toman conciencia de lo que está en juego: la vida de las personas que trabajan en su patrimonio. La prevención debe ser prioridad y este año tenemos la oportunidad de empezar a crear buenas prácticas que reduzcan riesgos y salven vidas”, afirmó Alex Rodríguez Aparicio, presidente de ANRACI.

Pero los incendios estructurales no son los únicos que preocupan, pues desde 2016, Medellín ha enfrentado 1.339 incendios vehiculares, con un promedio anual de 142 casos. Aunque en 2025 se ha observado una leve mejoría —pasando de 65 incidentes hasta mayo de 2024 a 55 en el mismo periodo de 2025—, el riesgo sigue latente, y cada vehículo incendiado representa una amenaza para la vida y la movilidad urbana.
Las causas de los incendios estructurales en Colombia son diversas, pero hay patrones claros. Las fallas eléctricas encabezan la lista, representando el 33 % de los casos. Les siguen las llamas abiertas, como veladoras sin supervisión o estufas mal utilizadas en un 32 %. El contacto con superficies calientes, los incendios provocados y otros factores completan el panorama.
Lo preocupante es que el 70 % de estos incendios ocurren en viviendas, muchas de ellas ubicadas en zonas vulnerables, mientras que el 30 % restante se presenta en edificaciones comerciales e industriales, donde el impacto puede ser aún más grave.
Aunque las edificaciones no residenciales son menos numerosas —solo el 26 % del área construida en Colombia según el DANE—, concentran un porcentaje significativo de los incendios, lo que evidencia una exposición proporcionalmente más alta.
Desde ANRACI, el llamado es firme: Medellín necesita fortalecer su cultura de prevención. Esto implica revisar y actualizar la normatividad, garantizar su aplicación efectiva, mejorar los procesos de supervisión, y, sobre todo, empoderar a la ciudadanía con conocimiento y herramientas.
Cada hogar, cada comercio, cada industria debe contar con elementos mínimos de protección como extintores, detectores de humo y sistemas automáticos de extinción, adecuados al riesgo y a las características de cada espacio.

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