LA PALABRA, EN TIEMPOS DE CRISIS.
SOLEMNE, PRECISA, SENCILLA Y PERFECTA.
En las situaciones de crisis lo fundamental es saber comunicar. El ser humano espera que alguien lo guie, lo dirija, le dé instrucciones, les quite el temor, la incertidumbre y le muestre un camino. El silencio es el peor enemigo, confunde y genera falta de autoridad.
La comunicación debe ser clara, rápida y contundente y las palabras deben ser solemnes, precisas, sencillas y casi perfectas, debe haber liderazgo, demostrar credibilidad, demostrar compromiso, comunicar con cuidado. El líder debe mostrar que es capaz de resolver el problema.
En este mundo globalizado la unidad de criterio es fundamental. Cuando se exige solidaridad se acude al comportamiento ético y humano, se debe ser muy respetuoso cuando se es líder o cuando ha sido delegado para comunicarle a una comunidad, transmitirle pensando siempre en el estado en que se encuentra quien escucha.
La comunicación verbal o escrita debe tener como principio la brevedad, la exactitud y la prudencia.
La vanidad es el peor error en las crisis; las comunicaciones donde prevalezca el mutuo elogio de dirigentes, indicando, por ejemplo, que se hacen grandes esfuerzos, o hacer pensar que se regalan cosas, y peor aún, transmitir la idea que son los dueños de los recursos, genera falta de credibilidad, de inseguridad y hace sentir a la gente miserable.
Siempre es bueno recordarles a los funcionarios del gobierno que su responsabilidad es la de gestionar las políticas públicas y administrar los bienes de la nación. A la denominada Rama Ejecutiva le corresponde ejecutar, en forma coordinada, todas las actividades administrativas que están al servicio de los intereses generales de la comunidad para el cumplimiento de los fines esenciales del Estado.
Para 2020 se dispone de $ 271.7 billones, obtenidos de los impuestos de todos los colombianos, los cuales se ejecutan de acuerdo con el Presupuesto general de la nación. Parte de estos recursos son los que en esta crisis el gobierno está re direccionando hacia la salud y seguridad social. En este aspecto es oportuno exigirle a los funcionarios evitar auto elogiarse por cambiar rubros, porque finalmente el dinero es de quien genera los impuestos. Conviene recordarles que el gran esfuerzo lo hacemos los colombianos. Alrededor de las dos terceras partes del presupuesto van para sueldos y gastos de funcionamiento cercano al (63,3% del total), mientras que el servicio de la deuda se lleva
21,8% y el restante 14,9% es para inversión., así las cosas, se deben reevaluar los elogios, siendo precisos en indicar quien realmente está haciendo el esfuerzo.
Ahora bien, otro tema de mucho cuidado cuando se comunica tiene que ver con el nivel de complejidad de la información; quien la produce tal vez sea un técnico con estudios de post grado, pero hay que recordar que quien la recibe pertenece a un país en el que hay más de 2.7 millones de analfabetos, con un 33% de adultos entre 24 y 35 años que carece del título de bachiller y que tan solo el 22% de los colombianos tiene un título universitario, sumado a que Colombia es un país de regiones y que en cada una por su idiosincrasia, se reciben y se procesan los mensajes de manera diferente. Allí es donde gobernadores y alcaldes tienen una gran responsabilidad de transmitir las ordenes e instrucciones del gobierno central en la forma adecuada y precisa.
En ingeniería el ejemplo es claro, los asesores especialistas le comunican al director, el director les transmite en otro lenguaje a sus ingenieros de obra, el ingeniero del frente les explica a sus capataces, estos a su vez en un lenguaje sencillo y claro les indican a sus cuadrillas. Así ha funcionado el lenguaje de la ingeniería; mientras que la frase del experto es “el modelo de elementos finitos dio como resultado que los pernos auto perforantes tienen la capacidad de resistir adecuadamente los esfuerzos de tensión y controlan las deformaciones”, el obrero dice, “urgente colocar una varilla de una pulgada con lechada”.
Para comunicarle al país y darle tranquilidad, debe analizarse rápidamente, y esto tal vez si genera un esfuerzo adicional, la evaluación de la posibilidad de suspender el pago de la deuda externa por 3 meses, acudir a un porcentaje de nuestras reservas internacionales, invirtiendo estos recursos en la salud y en darle liquidez a los trabajadores, pymes, mini pymes, y al gremio de la ingeniería que será el impulsor de la reactivación económica del país.
Dentro de ese proceso de comunicación con liderazgo, se debe llevar a la comunidad a implementar procesos de ahorro de energía y agua, de insumos, minimizar los desperdicios particularmente los asociados con la salud, disminuir drásticamente los residuos, ser austero en los gastos, ahorrar dinero, no utilizar las redes sociales para desinformar y siempre ser solidarios.
Esperamos una gran responsabilidad del ejecutivo en las comunicaciones y explicaciones a la comunidad. Los paneles de expertos televisados en horario triple A son un desperdicio y solo alimentan el ego de los tecnócratas. Necesitamos palabras solemnes, precisas y sencillas, esto ayudará y contribuirá a que las medidas sean efectivas para controlar la expansión del contagio.
GERMAN PARDO A.
PRESIDENTE.