Los proyectos de modernización y ampliación de los aeropuertos concesionados en Colombia, a cargo de la Agencia Nacional de Infraestructura, están ayudando a jalonar el empleo de ciudades capitales como Cali, Medellín, Bucaramanga, Quibdó, Cúcuta, Montería, Santa Marta y Barranquilla. El Aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón que sirve a Cali generó en 2016 y 2017, entre personal adscrito a la operación y responsable de las obras, cerca de 5.200 empleos y con la entrada de operación del nuevo terminal, se hace necesario el incremento de personal en toda la cadena operativa.
En la concesión Nororiente que agrupa los aeropuertos de Bucaramanga, Santa Marta, Cúcuta, Valledupar, Barrancabermeja y Riohacha, para la operación y las obras de modernización que se ejecutan en la actualidad en 3 de ellos, según cifras de Aeropuertos de Oriente S.A., se emplean cerca de 1.240 personas, entre funcionarios contratados de forma directa por el concesionario, contratistas y personal de obras. De este consolidado, 319 colaboradores son mano de obra no calificada y residen en las zonas de influencia directa de los seis aeropuertos concesionados.
En el Aeropuerto Ernesto Cortissoz que sirve a Barranquilla la cifra de empleos llegó a los 2.560 en actividades propias de la operación, mantenimiento y modernización del aeropuerto, según cifras del Grupo Aeroportuario del Caribe. En esta terminal las intervenciones estipuladas en el contrato de concesión están en su fase de ejecución inicial, por lo que se espera que en los próximos meses el personal contratado aumente considerablemente.
En la concesión Centro Norte, que agrupa los aeropuertos de Rionegro, Medellín, Carepa, Quibdó, Montería y Corozal; sólo en las obras de modernización y ampliación que ejecuta el concesionario Airplan, entre 2016 y 2017 llevan generados un promedio de 1.800 empleos, en los aeropuertos José María Córdova, El Caraño y Los Garzones. Para la operación del aeropuerto José María Córdova de Rionegro, se generan cerca de 7000 empleos. En el Olaya Herrera de Medellín la cifra llega a los 3500, en el Caraño de Quibdó a 360, en Las Brujas de Corozal a 121, en el Antonio Roldán de Carepa a 210 y en Los Garzones de Montería a 395.