Datos presentados por Cushman & Wakefield para el Estudio de Oferta y Demanda de Vivienda y No Habitacionales presentado en el Seminario de Actividad Edificadora de Camacol Bogotá y Cundinamarca, en la región indican que existen amplias oportunidades en el mercado industrial para bodegas, oficinas y centros comerciales, segmentos que se han fortalecido en los últimos meses, posicionándose en una fase de recuperación y expansión.
“Este estudio es la hoja de ruta para que los empresarios puedan analizar el segmento no residencial. El desarrollo de este tipo de edificaciones es un buen indicador para conocer el estado de la economía, ya que refleja la dinámica de sectores clave como el comercio, la industria o el financiero. Este año los hallazgos evidencian un panorama alentador para este mercado, con un crecimiento sostenido y una recuperación que le aportará a la industria y a la región de manera importante de cara a la reactivación”, indicó Edwin Chiriví, gerente de Camacol B&C.
El segmento de bodegas en la ciudad y los municipios aledaños ha registrado una paulatina disminución de la vacancia, llegando a 1,4% al finalizar el primer trimestre de 2024, a pesar de un aumento del 11% en los inventarios respecto al año anterior. Bogotá y Santiago de Chile son las ciudades con mayor crecimiento de este tipo de espacios en Suramérica. Las certificaciones ambientales en las nuevas construcciones, la automatización de las edificaciones para mayor eficiencia, los espacios flexibles y modulares, la robótica colaborativa en los procesos de operación y la disminución de la huella de carbono son elementos que han cobrado mayor protagonismo.
El estudio también determinó que durante el primer trimestre de 2024 en el corredor de la Calle 80, Tocancipá y Mosquera las bodegas tuvieron el mayor inventario disponible. En el corredor Calle 80 el precio mediano de renta mensual se encontró cerca a los $17.533 por metro cuadrado, mientras que en Mosquera este valor es de $15.398 y en Tocancipá de $22.412. Los precios han experimentado fluctuaciones debido a las absorciones y liberaciones de espacios prime, lo que ha generado un efecto base en los diferentes corredores.
Respecto al segmento de oficinas, Bogotá se destacó como un mercado emergente en la región con tasas de vacancias en disminución y una migración hacia oficinas modernas con altas especificaciones. Según Cushman & Wakefield, la capital se destacó como la segunda ciudad en Suramérica con la menor tasa de vacancia, solo por detrás de Santiago de Chile, seguido de Buenos Aires, Lima, Sao Paulo y Río de Janeiro.
Este estudio también evidenció que el índice de vacancia de las oficinas en Bogotá se encontró en valores cercanos al 10,8%, mientras que el precio promedio de arriendo mensual estuvo cerca a los $74.000 por metro cuadrado. En la actualidad hay 143.569 metros cuadrados de proyectos clase A en construcción, que son desarrollos en zonas corporativas clave, con certificaciones ambientales y áreas con altos estándares y modernas locaciones. Se espera que aproximadamente el 30% de este inventario entre en operación durante lo que queda de 2024. Igualmente, hay 757.313 metros cuadrados en fase de planificación con plazos de entrega de 7 a 10 años, concentrándose en áreas como Salitre (36%), Centro (22%) y Noroccidente (18%).
En cuanto a los centros comerciales, los resultados mostraron que es un mercado en fase de recuperación. En el corto plazo, no se registraron nuevos desarrollos. Por el contrario, se marcó una tendencia hacia la búsqueda de la expansión de los espacios existentes con la creación de zonas flexibles y adaptativas, experiencias gastronómicas especializadas, incentivos a la interacción comunitaria y una apuesta enfocada en la sostenibilidad en todas sus áreas.
Así mismo, el estudio reflejó un aumento del 4% en el promedio del precio de renta de centros comerciales, alcanzando los $115.000 por metro cuadrado al mes, mientras que el precio de venta ha incrementado un 8%, llegando a $17.520.000 metro cuadrado. Respecto al inventario disponible, se registraron 104.849 metros cuadrados para la renta, una cifra que ha venido disminuyendo consistentemente en los últimos dos años debido al aumento de espacios dedicados a la gastronomía y el entretenimiento especializado.