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Revitalización urbana, transformando la cara de Bogotá

Un fenómeno usual en las grandes ciudades es que los centros de actividad van migrando, y con ello, también la habitabilidad, es decir, en la medida en que se desplazan las zonas para el comercio, el entretenimiento, entre otras actividades, también se condicionan los espacios de vivienda. Como consecuencia, lo que antes era un centro de actividad, termina por quedar aislado, desconectado y, por consiguiente, deteriorado.

Po esta razón transformar la cara de la ciudad, especialmente de los barrios que se han deteriorado, es la apuesta de varios proyectos urbanísticos que propenden por ofrecer nuevas opciones de vivienda a las familias, al mismo tiempo que mejoran las condiciones de accesibilidad, espacio público, zonas para el esparcimiento; renovando de esta manera los territorios que, poco a poco, han perdido vigencia.

“Se trata de iniciativas de revitalización urbana que insertan nuevamente equipamientos y servicios para el beneficio de las comunidades y, en ese sentido, con la llegada de nuevas unidades habitacionales o viviendas, se renuevan y/o rehabilitan aquellas zonas que han sufrido deterioros”, explicó Giovanna Spera, subgerente de Gestión Urbana de la Empresa de Renovación y Desarrollo Urbano de Bogotá (ERU).

Según Spera, “es ahí donde precisamente son viables los proyectos de revitalización que, entre otras cosas, aportan soluciones en los territorios ya construidos, promoviendo la permanencia de los moradores, así como también de las unidades productivas, garantizando mecanismos e incentivos para integrarlos a los nuevos proyectos, manteniendo o mejorando las condiciones originales de los predios”.

Para el caso de Bogotá, los procesos de renovación de la ciudad están implementados bajo el actual Plan de Ordenamiento Territorial (POT), en el que se incluye una política de revitalización urbana y protección a moradores y actividades productivas, considerando la participación de la ciudadanía en la generación de dichos proyectos. En ese sentido, el POT facilita la intervención de territorios con déficit y pérdida de uso residencial, contribuyendo a que mejoren las condiciones del suelo y, por lo tanto, la calidad de vida de sus habitantes.

Ciudades “15 minutos”

Cuando se reactiva y revitaliza el suelo se mejoran las condiciones de un territorio, a su vez evita que los habitantes deban hacer largos trayectos para trasladarse a sus lugares de trabajo, estudio, ocio; por lo tanto, con la nueva propuesta y transformación de los predios, deja de ser un dolor de cabeza el colapso de la movilidad, las dificultades de conectividad a las áreas laborales, así como de la vida personal, en últimas, la revitalización garantiza que todo se agrupe en un solo lugar.

Aparecen las denominadas ciudades 15 minutos, lo que significa estar, vivir, compartir en el mismo sitio donde uno vive, transformando el estilo de vida estresante a un modelo en el que se pueda disfrutar, trabajar, sin tener que desplazarse varios kilómetros. Hay casos de éxito, como el proyecto Torres de Galicia, de Compensar, que cumple con estos criterios, generando seguridad, tranquilidad, espacialidad en el entorno y, por consiguiente, bienestar integral.

 

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